En la era del streaming, donde millones de canciones están a un clic de distancia, resulta sorprendente que muchas personas prefieran escuchar siempre las mismas canciones. No importa cuántas listas de reproducción nuevas aparezcan, ni cuántas recomendaciones basadas en algoritmos se presentan, hay quienes mantienen una fidelidad casi inquebrantable a una selección reducida de temas musicales. ¿Qué explicación encuentra la psicología?

Este fenómeno, según la psicología, revela más de lo que parece sobre nuestras emociones, nuestra mente y nuestra personalidad. De modo tal que los que nunca cambian la lista de reproducción tienen muchos rasgos en común de acuerdo con estas investigaciones científicas que han salido a la luz.

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Si bien podría parecer que esta repetición constante es una limitación, para muchos, es una estrategia efectiva para manejar el día a día. Los psicólogos coinciden en que, mientras esta conducta no interfiera con otras áreas de la vida, no es algo negativo. De hecho, encontrar consuelo en lo familiar puede ser una forma de autorregulación emocional que ayuda a las personas a sobrellevar el estrés y la ansiedad.

Cómo son las personas que escuchan siempre las mismas canciones

Según la psicología, hay una serie de patrones que identifican a quienes escuchan siempre la misma playlist. Ellos pueden compartir todas o algunas de las características que se enumeran a continuación.

Buscan certezas: en un mundo donde todo es cambiante y caótico, estas personas eligen lo conocido. No es tanto porque les encanten estos sonidos, sino porque se trata de lo esperable, lo cierto.

Son procesadores profundos. El hábito de repetir músicas está relacionado con escuchar cuidadosamente letras y melodías, buscando entender las emociones y las historias que envuelven.

Les seduce el efecto de familiaridad: está estrechamente ligado a procesos cognitivos tales como la atención, la percepción y la memoria. Esto hace que sea más probable que las personas se identifiquen con música que les resulta familiar, lo que lleva a un mayor grado de satisfacción, comodidad y plenitud.

Aman las emociones intensas. a estas personas les gustan las emociones fuertes y por eso eligen repetir los sonidos que se las provocan.

Tienden a ser introvertidos. Repetir melodías es una forma de desconectarse del mundo exterior. Esto permite que las personas tímidas, a las que les cuesta entablar relaciones, recarguen sus energías y se sientan cómodas en su propio espacio.

Son detallistas. Repetir tantas veces las mismas canciones expone el deseo de encontrar hasta los mínimos detalles en sus melodías y letras. Estas personas quieren desentrañar completamente estos temas que eligen.

Practican el escapismo controlado. Para muchas personas, la música es una herramienta para escapar de la realidad. Escuchar canciones familiares, según expertos, ofrece una forma de escapismo controlado. De acuerdo con el análisis de los psicólogos, recurrir a sonidos conocidos es una manera de evadirse de una realidad complicada sin correr riesgos.

Resistencia al cambio. Este comportamiento también refleja, en algunos casos, una resistencia al cambio. Escuchar música nueva requiere una apertura hacia lo desconocido, algo que algunas personas evitan por diversas razones, ya sea por temor a lo inesperado o por simple comodidad. Este aspecto se relaciona con una aversión más general al cambio, que no solo se manifiesta en las listas de reproducción, sino en otros aspectos de la vida cotidiana. La estabilidad que ofrecen las canciones conocidas puede ser un alivio ante la incertidumbre.

Los profesionales que estudiaron el tema concluyen que no hay nada por qué preocuparse si a una persona le gusta escuchar siempre las mismas canciones, pero afirman que esta característica ofrece parámetros certeros sobre su personalidad y, analizados en un contexto general, serán de utilidad para el diseño de eventuales terapias.